13 marzo 2007


Llegué como a las 5 de la tarde, le llamé a Alicca. Me ofreció sus llaves pero terminé por ir a saludarla y largarme a playas donde platiqué con mi tía Lourdes. Salí como a las 7 de ahí.

La buena de mi prima que me ofreció su hogar para quedarme el fin de semana me tuvo dando vueltas en el carro durante una hora, esperando a que saliera del trabajo. Agarré la vía rápida y llegué hasta antes del puente de la central nomás porque ya me andaba.

Fui y agarré a la derecha por una calle que terminaba en camellón y terracería de unos 3 metros y luego me subí por una callecita en la que casi me atropellaban con todo y carro. Encontré el benitez y recordé que por ahí había una gasolinera, es decir, un baño. Todo salió bien... bueno no tanto porque mi pantalón impregnose de sustancias raras (orines, ¿qué más? pero no eran míos, eso fue lo inquietante).

Salí, descansada pero distraída por el pantalón impregnado. Pagué y me fui a echar la gasolina. Llegó un hombre y le limpió el vidrio trasero al carro. Le comento que el terregal, que Mexicali y yo trabajo uuuuhhhh viera dónde, que sí, vengo de allá y viera que hace calor yo no traigo chamarra porque ya no hace frío allá y pues...

El hombre, después de darme la bienvenida a Tijuana, me ofreció su camisa de franela de cuadritos, yo le agradecí, luego me la trae, no gracias, ¿segura?, sí, qué amable. Me preguntó el nombre, se lo dije y se presentó como Jesús. Jesús se quedó viéndome un rato y yo me quedé viendo la bomba que había terminado y luego a Jesús que no la quitaba. Tons dijo:

Pues deberías de venirte un día y nos vamos a bailar. Pero un sabadazo, me avisas y me traigo las botas para irnos, ¿qué te parece?

Je... ehh... sí, ¿verdad?

¿Qué? ¿Te vienes el próximo sábado? Aquí te espero. Pero dime para traerme las botas y la ropa.

No, no creo, fíjese, tan pronto no vuelvo. Mire, mejor un viernes que venga le aviso para que se traiga las botas el sábado, ¿bueno?

Ándale pues, pero vienes, ¿eh? Aquí te voy a esperar. Yo no tengo ningún compromiso... pues y si tu... no hay problema...

Creo que las últimas palabras que me dijo fueron para aclararme que él era un hombre libre y que si yo no era libre a él no le molestaba, no sé. Igual. Me invitó a bailar no me pidió... matrimonio, estoy malpensando. Bajito el hombre, simpático, apenas 10 ó 15 años más joven que mi papá.

Salí de ahí de buen humor pero todavía sin lugar a dónde irme a bañar. Me fui al centro, vía sanchez taboada. En ese paseo andaba cuando le llamé a Glory, osea, Gloria, es decir Alicca, y dijo que su marido está en la casa seguro y que me vaya para allá. Bah, ¿por qué no lo dijo antes? Allá fui, me bañé, medio me quise peinar, y después de recibir la llave y control del portón de la privada, largueme.
No tenía ni idea a dónde iba, ni del nombre me acordaba bien. Llegué hasta Rosarito como dos veces y me di la vuelta, hasta que reaccioné y bajé al bulevar. En cinco minutos (después de como 50 en su búsqueda) encontré el dichoso Zaha.

Entré, todavía desconfiando de que fuera ahí y una morra me pregunta si voy a la fiesta de Héctor, ah pos sí, ¿tienes boleto? y me vacunó con cien pesos. Adentrándome en aquel lugar, noto la cantidad impresionante de desconocidos. Ya engentada, como suelo vivir, me puse a buscar a Abril. La encuentro, con el cabello cortitito. La saludo con todo el gusto que me da verla y me invita a sentarme al lado de Karina. Me quedé ahí, viendo lejos, hablé dos o tres cosas con Karina. Abril me lleva a saludar al Héctor, me da gusto verlo, ¡igualito! con la misma expresión de ternura y todo. Abril anda ocupada, socializando y viendo qué onda con los boletos. Me consigue una pacífico, ¡a huevo!(sic) y se va. Yo que soy dulce pero negada para la "small talk", me quedo oyendo, viendo. Finalmente me acuerdo que le dije al doble de Macz que le iba a llamar y me dedico a una cuestión que siempre me da flojera, mandar un mensaje de texto, pero en algo me tengo que entretener.

Abril me cuenta que se accidentó, me muestra la cicatriz de la operación y yo me sorprendo de cuánto de su vida me he perdido, qué remedio. Hablamos de Gaby, que su papá, que seguro ella está por ahí, quisiera decirle, preguntarle, hablar más de Gaby pero me quedo callada, no sé qué decir, alcanzo a decir que la extraño también, que me acuerdo de ella cada que noto que no escribo más. De las dos, las dos me ajeraban siempre por eso. Abril me pregunta, como cada que nos vemos, cuándo me regreso a Tijuana y yo me quedo pensando dos segundos y encojo los hombros. No sé. Mañana, me gustaría. Luego de un rato decido que es tiempo de partir. Abril me acompaña y me reconviene, que traduzca, que traduzca poesía, que si me gusta lo que hago, claro que me gusta, qué bueno. Me despido, feliz de haberla visto.
Ya iba de regreso a casa de Alicca cuando empieza una rola de Beck, y no lo puedo concebir, son las 12 pasadas apenas, ¿me voy a dormir? Doy la vuelta y manejo pensando qué hago, ¿me meto al dandy? Sigo manejando y pensando en qué hacer. Voy a dar a la subida para la postal pero me doy por el camino al aeropuerto buscando no sé qué recuerdo (sí sé pero es mío nomás). Subo hasta el cinemark y me acuerdo que por ahí cerca puedo llegar al gato bronco, lo que no me acuerdo es cómo llegué hasta esa calle.

Mensajeo con el doble de Maks y llega a la plaza monarca. Trae el pelo más corto, y dice que tiene la cara más redonda pero sepa, mi memoria es aun más pobre cuando se trata de imágenes. Agarramos camino, hay un retén. Nos paramos y el poli me empieza a ajerar por el polarizado, soy de Mexicali, sí yo sé que por el calor, pues sí, pero le tiene que retirar el polarizado o le hago una multa y se lo quita, lo bueno es que me dio opciones, ¿a qué se dedica?, soy profesora, ¿quiere que le enseñe la credencial?, no, por hoy se lo voy a pasar. Qué lindo.

Llegamos al dandy pasada la 1 quizá. Estaba hasta la mutter. Nos sentamos al lado de unos compas de este morro que luego luego lo llamaron ALEJANDRO para pedirle un cigarro. ¿Alejandro? Chale, Herr Alkantariten, Alito, cuando mucho. Luego llegó otro a saludarlo pero este le dijo Alex, peor tantito, pa mí, Alex es el Alejito y ahí muere, en fin. Se fueron unas cuatro horas, hablando de su hermano, de mi sobrino, de nuestros alumnos, de la mano del metate y ya nos retiramos porque no sé qué cosa tenía el Alex pendiente al rato. Lo dejé en su casa y me dijo algo sobre el puente y por dónde irme que al llegar ahí no entendí, bajeme, fui a salir sabe por dónde pero llegué en friega al diaz ordaz y de ahí ya sabía irme a casa.
Amanecí con una cruda brutal, por lo menos no era cruda moral. El siguiente día... otra vez será que me quite la flojera de contarlo, me revientan los chorizos y este ya es uno.

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