10 julio 2007

Emiliano está viendo su dvd de Quiquí. Acaba de pedir el gato carpintero. Anoche me quedé dormida después de un berrinche. Todo el día con una alergia horrenda y encima mi hermanilla haciéndome sentir mal el berrinche no se hizo del rogar.
Fuimos anoche al Vivero donde Emiliano se bañó en pony malta... osea una especie de soda con cerveza. Su madre quería bañarlo de inmediato y su padre dijo que el niño no se iba a morir.

Comimos mamules de Nassar comprados en friega porque el pico y placa (hoy no circula) estaba por llegar y son 300,000 pesos de multa.

Me bajé en una tienda de computadoras a preguntar el precio de una toshiba de 17" porque la que le traje a mi sis resultó demasiado grande (yo le dije, le explique, pero hasta que vio el animalote entendió) y la quiere vender.

En la Santoto Emiliano no me peló, de plano, ley del hielo o como se diga. Su madre advirtió que tal vez querría pasar al frente, al "pepí" o "pipí" que no son orines sino el claxon del carro. No se movió. Llegó la madre preguntando por qué estábamos tan serios. No sé, Emiliano no me habla.

Deici, la niñera de Emiliano, quiere vacaciones. Brenda me pregunta si se las da, si seré capaz de ayudarla a cuidar al niño. Quiero creer que no soy tan inútil pero nunca cuidé un niño antes. Muchas de mis primas han criado niños desde que ellas mismas eran niñas. Yo no. No tengo miedo de cargar un recién nacido, puedo cambiar un pañal, hasta dormir a Emiliano, leerle cuentos, preguntarle cosas, explicarle algunas cosas. Le digo que sí, que es altamente probable que sea capaz de cuidarlo. Deici tiene vacaciones entonces. La llevamos, su casa queda camino a la Santoto.

Me despierto a las once. Me baño, busco la ropa menos arrugada por el viaje y me la pongo. Bajé y Emiliano está dormido así que tengo tiempo para desperdiciar: me maquillo. Nunca me quedan bien los ojos, por lo menos no los dos. Me embadurno por motivos iguales a los de una adolescente: jugar. Las mujeres de mi edad me aventajan con unos quince años de experiencia en maquillarse porque nunca me interesó pintarrajearme de escuincla (a excepción de usar rimel) y a los 28 tengo la habilidad y velocidad de una adolescente temprana. Es casi la una cuando bajo. Brenda y Martín están ya hambrientos. Discuten si le dan vacaciones a Deici.

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