a la izquierda l´Almita chapoteando paraguas en mano. afuera en la mesa de metal Fabian fumando conmigo. adentro yo tragándome un panini de pavo. yo leyendo conversación en la catedral . Junior (sí, ¡qué nombrecito!) con la melena ondeando. cadillacs a lo lejos y Fausto tratando de escuchar qué canción era. Tanya y te de manzana. Alejito y carcajada.
Me compré un café y salí a gorrearle un cigarro a un adolescente tardío pero se acabó así que la dulcería de cuatro rojos corazones eléctricos me entregó su cajetilla más preciada.
Caminé de prisa. Todo sigue igual, nomás hay letreros verdes sobre las puertas. Nomás hay otro edificio. Nomás hay otra gente. Nomás hay otros árboles y otras ramas y otras ardillas corren por los pasillos. Todo está íntico.
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